A Clara Villagrasa, a Encarnación Forment, a Dolores Olucha, a Joaquina
Górriz, a Elodia Palacios, a Rosa Villagrasa, a Carmen Vilar y a cuantas pertenecieron
a la sociedad y fueron castigadas por ello.
Ya al comienzo de la Restauración
en el siglo XIX, los obreros de los gremios de oficios van creando una nueva forma de
organización con objeto de luchar por reivindicaciones más justas y mejorar las
condiciones precarias de las familias obreras. Con la Restauración se ven muy afectados
los gremios al ser restringidas, cuando no anuladas, estas primeras asociaciones
obreras.
Es a partir 1887 con una nueva ley de asociaciones que permite cierta apertura como
para dar forma a las organizaciones gremiales. Es cuando empiezan a llamarse sociedades obreras, tomando
éstas un auge importante, de forma que con la llegada del siglo XX se pueden considerar constituidas. Al principio las tendencias dominantes,
si no exclusivas, estaban impregnadas de ideas anarquistas, pero a partir del finales
del siglo XIX comienza una etapa diferente con la llegada de postulados emanadas
del socialismo marxista, antagónicas con lo establecido por los ácratas. Al nacer
la Unión General de Trabajadores el 12 de agosto de 1888, de ideario
socialista dará un nuevo rumbo al obrerismo español. Comenzó la UGT a introducirse en las ya llamadas sociedades obreras, fortaleciéndolas
e incluso creando otras nuevas.
Unas sociedades se incorporan a
UGT otras van por libre y otras, ya minimizadas, (salvo las agrícolas) seguirán
los postulados anarquistas en la CNT. En los años
treinta las sociedades obreras inscritas a la Unión General de Trabajadores
pasarán a llamarse Federaciones de Oficio con el nombre de cada actividad. Dichas sociedades obreras solían reunirse en
el Centro Obrero, que con el transcurso del tiempo se llamaría Casa del Pueblo.
La victoria del fascismo da al traste
con las sociedades obreras. Los
golpistas las anulan e ilegalizan de un plumazo, suponiendo un alto precio represivo,
que como final llevó al paredón de fusilamiento a incontables obreros y dirigentes
sindicalistas.
En Almenara, casi al mismo tiempo que se constituyó
la Sociedad Obrera de Trabajadores del Campo
“La Esperanza”, lo hizo también la Sociedad Obrera “El Ideal Femenino”.[1] Fue fundada a iniciativa de un grupo de trabajadoras de la localidad encabezadas
por Encarnación Forment Blat. En su expediente de responsabilidades políticas podemos
leer:
“....en Almenara, en
el año 1919, se formó la Sociedad El Ideal Femenino, sin más enlace ni relación
que la Caja de Previsión y Retiro Obrero de Valencia, para elevar el nivel moral
y económico de las obreras de Almenara, que trabajaban con jornales irrisorios en
la recogida de la naranja y otras faenas relacionadas, por falta de industria en
la localidad”.[2]
Trabajadoras encajando naranjas (Almenara, años 20). Inventario fotográfico Biblioteca Joan Fuster de Almenara.
El
reglamento de la Sociedad fue presentado al gobernador civil el 8 de agosto de 1919,
y de entre los capítulos destacaremos los siguientes:
Capítulo
primero. De la sociedad y su objeto.
Artículo
1º. Esta Sociedad tiene por objeto mejorar las condiciones del trabajo moral y materialmente
de las que pertenezcan a ella y ayudar a que consigan lo mismo las obreras de otros
oficios.
Artículo
2º. Para conseguir su objeto empleará esta
Sociedad los siguientes medios:
1º Procurar la reglamentación
de mutuo trabajo, a fin de que los
jornales alcancen a
cubrir las necesidades de sus asociadas.
2º Impedir que los dueños
o encargados del trabajo maltraten
en su dignidad a sus
asociadas o perjudiquen sus intereses.
3º Solicitar del Estado,
de las Diputaciones y Ayuntamientos,
leyes y medidas que
beneficien a sus asociadas.
Artículo
3º. Toda individua perteneciente a esta Sociedad viene obligada a denunciar a la
Junta Directiva todos los actos abusivos que con ellas cometan sus patronos y encargados,
para hacer cumplir lo que conceptúa el párrafo segundo del artículo anterior.
Artículo
4º. Esta Sociedad podrá mantener estrechas relaciones con las organizaciones obreras
de España que persigan el mismo fin que ésta y practicar con ellas del mismo modo,
siempre que sea posible el principio de solidaridad. {...}
Capítulo
II. De las asociadas.
- Para
ser admitidas en la sociedad debían tener cumplidos los catorce años y consentimiento
de sus padres y/o maridos.
-
Todas debían pagar semanalmente la cantidad de 5 céntimos.[3]
-
Las que adeuden cantidades
o no cumplan con su obligaciones laborales podrán ser expulsadas.
-
Todas tenían derecho a elegir y ser elegidas en los cargos,
aunque era requisito indispensable saber leer y escribir.
-
Tienen derecho a voto las afiliadas con más de 6 meses de
antigüedad y mayores de 15 años.
Capítulo
III. De la Junta Directiva.
La Junta directiva estará compuesta por
una Presidenta, Vicepresidenta, Secretaria, Vicesecretaria y ocho vocales, cuyos
cargos serán anuales.
Capítulo
IV. De la administración de la Sociedad.
Esta sociedad tendrá un Consejo de administración
compuesto por individuos pertenecientes a las Sociedades de resistencia domiciliadas
en el Centro Obrero.
Este consejo de administración administraría
los fondos de la sociedad, tendrá voz aunque no podrá votar en las Juntas.
(...) Almenara a 3 de Enero de 1921. –
Presidenta, Clara Villagrasa Palop
Secretaria, Encarnación Forment Blat
Destacaremos
el hecho de que las mujeres de la Sociedad no podían encargarse de la administración
de los fondos que ellas aportaban, tarea que ejercía su compañero de la Sociedad
Obrera de Trabajadores del Campo “La Esperanza”, Bautista Navarro
Climent.[5]
Tal vez pensaban éstos que las mujeres no eran capaces de realizar tal tarea. De
entre sus componentes, una vez afiliada la Sociedad a la UGT, conocemos los nombres
de Soledad Ruiz, Carmen Guinot, Elodia Palacios Sebastiá, Dolores Garcerán, etc.,
por sus expedientes de responsabilidades políticas.[6]
Curso Singer para afiliadas a la Sociedad Obrera “El Ideal Femenino” (1931). Foto de Emilia Verdecho.
Una
de las primeras actuaciones, la más importante, que llevó a cabo la Sociedad fue
la denuncia contra ciertos patronos que no afiliaban a sus trabajadoras, quedándose
ellos con la recaudación de esas cuotas. Encarnación Forment Blat explica en su
alegato de defensa ante el Tribunal que la juzga en agosto de 1940, cómo se producen
los hechos y cómo actúa la Sociedad.
“Dada la buena relación de la Sociedad
con el fundador de la Caja de Previsión y Retiro Obrero de Valencia, D. Braulio
Algarra, entonces Secretario del Ayuntamiento de Valencia, con cuya cooperación
podía obligar a los patronos a cumplir todos los servicios sociales, cual la tarjeta
de identidad, el auxilio a la maternidad, el retiro obrero y cuantas disposiciones
emanaran del poder a favor de los trabajadores, que hasta la fecha de 1931 nadie
cumplía.
(...) El retiro obrero tenía obligación de pagarlo
solamente el patrono, y la maternidad, la mitad el patrono y las otra mitad la trabajadora;
pero la Caja para dicho pago sólo reconocía al patrono y éste tenía la obligación
de afiliar a las trabajadoras sacando para cada una, la libreta de identidad personal,
si bien los patronos de aquí de Almenara querían cobrar de las trabajadoras el derecho
de maternidad con un recibo a nombre de ellos para no sacar las libretas e incautarse
del dinero que a la Caja de Previsión le correspondía y de esta manera, no sacaban
las libretas, dándose el caso de que las mujeres daban a luz y no percibían lo que
por ley les correspondía”.[7]
El
pleito acabó en 1933 y fueron castigados como se merecían los patronos. No perdonaron
a la Sociedad, esperaron vengarse.
Clara
Villagrasa ejerció la presidencia de la Sociedad desde su fundación, fue expedientada
por esto, se la acusó de hacer propaganda marxista por los almacenes de naranja
(creemos que informando a las trabajadoras de sus derechos), estaba casada con el
alcalde Vicente Navarro Dasca. Fue encarcelada primero en Burriana, más tarde en
la Prisión de Mujeres de Valencia, la condenaron por excitación a la rebelión a
6 años y un día el 26 de febrero de 1940.[8]
Encarnación Forment Blat, presidenta de la Sociedad Obrera “El Ideal Femenino”. Foto: archivo privado de Teresa Carnero.
Encarnación
Forment fue denunciada y encarcelada en el ex convento de la Merced de Burriana.
En diciembre de 1939 obtuvo la prisión atenuada, es decir, la libertad, y fue denunciada
nuevamente al Tribunal de Responsabilidades Políticas por parte de una comisión
de familiares de víctimas asesinadas del pueblo que protestaron ante el Gobierno
Civil y ante el capitán general de la Región. Fue condenada a pagar una multa de
1.000 pesetas y a ocho años de inhabilitación.[9]
Declaración
de Sergio Martínez Mantecón, comandante jefe de las tropas de ocupación, Cuerpo
del Ejército de Galicia, 58 División, 5º Regimiento, a favor de Encanación Forment.[10]
Según
Encarnación Forment, fue precisamente de “las denuncias y las condenas a los patronos
por no cumplir la legislación de donde emanó la enemistad de algunos que hoy [1940],
constituyen el Consejo Municipal y la directiva de Falange”. Ella siempre defendió
que su denuncia fue “una maniobra del peor estilo, hecha por individuos heridos
en sus intereses” por no cumplir las Leyes Sociales. No llegó nunca a entender “la
maldad de las gentes pueblerinas, el rencor, los odios y las envidias que existen
en los pueblos”.
Informe
de Gaspar Corominas Esteban, cabo instructor del puesto de la Guardia Civil de Almenara
(Castellón) contra Encarnación Forment.[11]
Informe
del Ayuntamiento Nacional de Almenara contra Encarnación Forment Blat [12]
Sentencia
de 26 de febrero de 1940 contra las sindicalistas miembros de la Sociedad Obrera
“El Ideal Femenino”[13]
Conclusiones
La II República desarrolló en múltiples campos de la
vida pública una labor ingente que asombró al mundo y situó al país en la vanguardia
social y cultural. Citemos, por ejemplo, la reforma agraria, el voto femenino, los
avances en materia legislativa, la separación efectiva de poderes, las modernas
iniciativas de difusión cultural, el impulso de la investigación sanitaria y de
la asistencia sanitaria pública. La República asumió la necesidad de proteger a
los menos favorecidos como mujeres y niños, de equiparar las condiciones de vida
de las poblaciones rurales y urbanas desarrollando políticas de igualdad tanto entre
los individuos como entre las regiones más o menos prósperas.
¿Cómo
apreciaron los vecinos de Almenara dichos avances de la legislación republicana
en sus condiciones de vida?
1.
Señalemos el gran labor desarrollada en el centro Obrero
de UGT por las sociedades obreras, tanto “La Esperanza” como “El Ideal Femenino”
en defensa de los trabajadores y contra los abusos de los patronos, así como su
compromiso con labores asistenciales, de socorro y culturales como la alfabetización
de los trabajadores.
2.
Conviene recalcar el importante papel de las mujeres
durante estos años, en un primer momento afiliándose en masa al sindicato “El Ideal
Femenino” para defender sus derechos laborales; más tarde, participando en política
tras alcanzar el derecho a voto. Pero será, realmente, durante la Guerra Civil por
la ausencia de hombres cuando ellas se conviertan en el eje vertebrador de la sociedad:
saliendo de sus hogares y permaneciendo en la primera fila política, social y sindical.
Llevaron a cabo una excelente labor en la retaguardia: acogiendo refugiados y evacuados,
organizando el hospital de sangre de la iglesia, así como la defensa pasiva, la
construcción de refugios, incorporándose todas ellas a los puestos de trabajo disponibles,
como también a cargos políticos.
Al acabar el conflicto, la represión contra los militantes
de los partidos del Frente Popular y sindicalistas no hizo distinción por razones
de sexo. En aplicación de la Ley de Responsabilidades Políticas se legitimó el expolio
de los bienes de partidos políticos, sindicatos y personas, los cuales aún no han
sido restituidos.
[1] “La Esperanza” es constituida el 14 de
mayo de 1919, “El Ideal
Femenino” el 8 de agosto de 1919. Ambas se afiliaron a la UGT y compartieron
sede en el Centro Obrero de la avenida de la República nº 56. Archivo Municipal
de Almenara.
[2] Expediente de responsabilidades
políticas instruido contra Encarnación Forment Blat, presidenta y tesorera de la
Sociedad “El Ideal Femenino” (20
de abril de 1940). AHP de Castellón, caja 10.073.
[3]
Expediente de responsabilidades
políticas instruido contra Encarnación Forment Blat.
[4] Reglamento de la Sociedad
Obrera “El Ideal femenino” dentro del expediente de responsabilidades políticas
incoado contra Encarnación Forment Blat. Archivo Histórico Provincial de Castellón.
Caja 10.073.
[5] Sabemos que ejerció
de administrador de la Sociedad Bautista Navarro Climent mediante la entrevista
realizada por Pablo Ferrer Beltrán, conservada en el Archivo Municipal de Almenara.
[6] Expedientes de responsabilidades
políticas contra las citadas. Archivo Municipal de Almenara.
[7] Expediente de responsabilidades
políticas incoado contra Encarnación Forment Blat. AHP Castellón. Caja 10.073.
[8] Expediente de responsabilidades
políticas incoado contra Clara Villagrasa Palop. AHP Castellón. Caja 11.115.
[9] Expediente de responsabilidades
políticas incoado contra Encarnación Forment Blat. AHP Castellón. Caja 10.073.
[10] Procedimiento
sumarísimo de urgencia nº 3268-C contra Encarnación Forment Blat y Joaquina
Górriz Ferrer. Archivo Histórico de Defensa.
[11] Procedimiento sumarísimo de urgencia nº 3268-C contra Encarnación Forment Blat y Joaquina Górriz Ferrer. Archivo Histórico de Defensa.
[11] Procedimiento sumarísimo de urgencia nº 3268-C contra Encarnación Forment Blat y Joaquina Górriz Ferrer. Archivo Histórico de Defensa.
[12]
Procedimiento
sumarísimo de urgencia nº 3268-C contra Encarnación Forment Blat y Joaquina
Górriz Ferrer. Archivo Histórico de Defensa.
[13] Estas dos imágenes corresponden a la sentencia del procedimiento
sumarísimo de urgencia nº 3175 contra Clara Villagrasa, Emiliana Soriano,
Elodia Palacios, Rosa Villagrasa, Encarnación Guinot, Dolores Olucha, Carmen
Vilar, Francisca Valls, Josefa Sebastiá y Josefina Abad.
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